El Mundial del Centenario: ¿Celebración histórica o caos inflado?

El fútbol asiático rechaza la ampliación del Mundial 2030 a 64 selecciones

El fútbol mundial debería debaire su futuro

El fútbol asiático rechaza la ampliación del Mundial 2030 a 64 selecciones

La propuesta sudamericana de ampliar a 64 equipos el Mundial 2030 divide a las grandes potencias del fútbol y reabre el debate sobre los límites de la globalización deportiva.

La Conmebol ha lanzado una propuesta tan ambiciosa como polémica: que el Mundial 2030, el del centenario, se juegue con 64 selecciones, en vez de las 48 ya aprobadas. El argumento es emotivo y seductor: “Solo una vez se cumplen 100 años”, repiten desde Sudamérica, y por eso piden una edición “única”, con más países, más partidos y más anfitriones, para que la fiesta sea verdaderamente global.

Sin embargo, la respuesta de los otros grandes actores del fútbol mundial ha sido, en el mejor de los casos, fría. El presidente de la Confederación Asiática de Fútbol, el jeque Salmán bin Ibrahim Al Jalifa, fue tajante: “Personalmente, no estoy de acuerdo. El asunto está cerrado”127. Y fue más allá, advirtiendo que si se sigue abriendo la puerta a cambios, “alguien podría pedir que se aumente a 132 equipos. ¿Dónde acabaríamos? Sería un caos”134. La UEFA, por su parte, tampoco se anduvo con rodeos: su presidente, Aleksander Ceferin, calificó la idea de “mala” y criticó la falta de consulta previa.

La FIFA, en su papel de árbitro global, se limita a decir que analizará la propuesta y consultará a todos los actores.

Pero la realidad es que la expansión de los Mundiales ya ha generado tensiones y desafíos logísticos: en 2026, el torneo pasará de 32 a 48 equipos, y la edición de 2030, con partidos en tres continentes, ya es un rompecabezas organizativo sin precedentes.

¿Hasta dónde puede crecer el Mundial sin perder su esencia? ¿Es la inclusión masiva de selecciones una forma de democratizar el fútbol o una estrategia para multiplicar ingresos y audiencias, aunque sea a costa de la calidad y la tradición? La Conmebol apela a la emoción y al peso simbólico del centenario, pero sus críticos ven en la propuesta un riesgo de desnaturalizar el torneo y de abrir una caja de Pandora que nadie sabrá cómo cerrar.

El fútbol, como fenómeno global, siempre ha oscilado entre la nostalgia y la innovación, entre la tradición y el negocio. El debate sobre el tamaño del Mundial 2030 es, en el fondo, un reflejo de esa tensión. Celebrar cien años de historia merece algo especial, pero convertir la Copa del Mundo en un maratón de partidos y selecciones puede ser, como advierten desde Asia y Europa, el camino más corto hacia el caos.

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